Para realizar este reto, he decidido hablar de una figura femenina de relevancia de mi provincial natal. Se trata de Oliva Sabuco, natural de Alcaráz, de la provincia de Albacete. Oliva Sabuco nació en el año 1562 en Alcaráz. Fue la quinta de nueve hermanos. Su padre era bachiller, letrado, procurador y una persona influyente, por lo que la familia gozaba de una buena situación y estatus en su localidad. No consta que Oliva cursara estudios universitarios, pero atendiendo a la posición de su familia y al círculo al cual pertenecían, es probable que se formara en su casa y que asistiera con asiduidad a coloquios y tertulias de eruditos. En aquella época las mujeres no tenían derecho a una educación formal, pero como muchas de sus coetáneas bebió de las fuentes del humanismo, formándose en materias tales como la filosofía, medicina o biología.

Un dato curioso es que Oliva adoptó los apellidos de sus dos madrinas de pila, Bernardina Nantes y Bárbara Barrera, pasando a llamarse Oliva Sabuco de Nantes Barrera.

Fue conocida por la autoría de la obra “Nueva filosofía de la naturaleza del hombre, no conocida ni alcanzada por los grandes filósofos antiguos, la cual mejora la vida y la salud humana”. Ésta obra, publicada en 1587, es de eminente carácter científico. En la misma se abordan temas médicos y filosóficos, entre otros. La obra de divide en coloquios que abordan una temática diferente.

En el primer coloquio trata sobre la medicina y la psicología, estableciendo normas tanto sanitarias como espirituales para evitar enfermedades y aumentar la esperanza de vida. Se concibe a las personas como macrocosmos, y sus estados tanto mentales como fisiológicos se explican a través de su sistema nervioso, que liga a la mente con el cuerpo.

El segundo coloquio trata sobre la compostura del mundo, donde aborda la cosmología relacionándola con la filosofía de la naturaleza

El tercer coloquio gira en torno a la construcción del estado y la organización político social.

El cuarto coloquio aborda la idea de que el ser humano no es siempre el mismo, y que sufre cambios constantemente, sobre todo con el fin de evitar el sufrimiento propio.

Se propone también un diálogo en el que se ponen en cuestión algunas de los principios y creencias de la medicina de la época. De hecho, una de las aportaciones de mayor relevancia que hizo fue proponer un nuevo tratamiento para la peste, basándose en un contagio de la misma a través del aire, lo contrario de lo que se pensaba.

También aborda la naturaleza del hombre y los mitos que hay en el mundo.

Bien es cierto que la autoría de este libro fue discutida. Se ha conjeturado que Miguel Sabuco, el padre de Oliva, temía la posibilidad de ser denunciado por hereje y prefirió que fuera su hija quien enfrentara a la justicia del Reino. Tras manifestarse la patente incapacidad autoral de Oliva, no olvidemos la época en la que se redactó la citada obra y la sociedad en la cual se encontraban, puede que Miguel Sabuco esperase eludir a su vez su propia responsabilidad declarando que tampoco él era el verdadero autor. Otra teoría es que, habiendo sido Oliva la verdadera autora, el padre intentara suplantarle en la autoría para dejarle una mayor herencia a su mujer e hijos (la madre de Oliva falleció cuando ella era pequeña) aprovechándose de la situación.

Pero esto son solo suposiciones y teorías que no han sido confirmadas ni desmentidas. Son suposiciones de una sociedad machista, que no veía posible que una mujer fuera capaz de elaborar una obra de tal relevancia y complejidad. Una obra que fue elogiada por su contenido científico, filosófico y literario. Es considerada una de las obras más brillantes del siglo de oro español. De hecho, la obra ha tenido diversas ediciones, realizándose la última en el año 2006.

A todos los efectos Oliva Sabuco es la autora, y así lo creo yo, a pesar de los esfuerzos para intentar negarle la autoría. En palabras de Lope de Vega, es la “musa décima”.