En relación con el reto del módulo 1, me gustaría hacer una
reflexión sobre la presencia femenina en la administración pública, ya que yo
trabajo para la misma, concretamente en Seguridad Social.
Mi entorno de trabajo es notoriamente femenino. De las 7
personas a mi cargo, sólo dos son hombres.
Mi jefa es mujer. La jefa de servicio es mujer. Mis dos
jefas de sección son mujeres.
Con anterioridad presté mis servicios en el INSS, e
igualmente allí había más mujeres que hombres, y los puestos de responsabilidad
estaban ocupados en su mayoría (por no decir totalidad) por mujeres.
Y, ¿por qué hay más mujeres que hombres en la
administración? ¿Acaso somos más listas? ¿Más capaces? ¿Más constantes? ¿O la
razón es otra? Ciertamente el cuerpo de opositores al funcionariado es en su
mayor parte femenino. Tanto en la administración de la AGE como en las CCAA y
entidades locales.
Según los datos extraídos del Instituto de las Mujeres,
desde el año 2000 se ha producido un incremento de casi el 10% en el número de personal
funcionario de sexo femenino. En el año 2019 había un 52,4% de mujeres
trabajando en la administración.
Seguramente uno de los motivos sea que la administración facilita
la conciliación familiar más que la empresa privada. No nos engañemos, aunque
es cierto que se va mejorando y trabajando en pro de una igualdad efectiva
entre hombre y mujeres en el ámbito laboral, las mujeres suelen ser quienes
renuncian a su futuro profesional (o al menos lo condicionan) para hacerse
cargo de las responsabilidades familiares.
La conciliación es indispensable para poder compaginar el
trabajo con la familia. Porque a los niños hay que llevarlos y recogerlos de
cole, tienen actividades por la tarde, y no pueden estar solos en casa.
Un horario rígido obliga que la gente opte por pedir una reducción
de jornada, y de no ser así incluso por dejar en empleo. Porque muchas familias
no pueden delegar en abuelo o familiares, y puede que contratar a alguien para cuidar
de los suyos les sea más costoso que hacerse cargo ellos mismos.
Por eso hay más mujeres que opositan que hombres, y hay más
funcionarias que funcionarios. Ésta es la tendencia, que observaremos con las
futuras generaciones, porque el mercado laboral es muy exigente y es muy complicado
compaginar el trabajo con la vida privada.
Yo me considero una persona afortunada, desde luego, por ser
funcionaria.
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